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Se Difundio por la Espada?
1- Ante todo, debemos poner de manifiesto una de las bases fundamentales del Islam, citada claramente en el Corán. Es la libertad religiosa. Dice el Libro Sagrado en la sura 2, versículo 256: “No hay coacción en la religión”. Debido a ello, el Islam somete la cuestión de la creencia y la incredulidad a la voluntad y la satisfacción del hombre. Dice el Corán en la sura 18, vers. 29: “Quien quiera creer, que crea, y quien quiera negarse a creer, que no crea”. El Corán revela esta cuestión con claridad al Profeta, B.D.P., al anunciarle que lo que le corresponde es comunicar el mensaje de Dios a la humanidad y que él no tiene ningún poder para convertir a la gente al Islam. En la sura 10, vers. 99 dice Dios: “¿Acaso puedes tú obligar a la gente a que sean creyentes”; en la sura 88, vers. 22 dice: “No tienes potestad sobre ellos” y en la sura 42, vers. 48 dice: “Y si se apartan, no te hemos enviado como guardián de ellos. A ti sólo te incumbe comunicar”. Todo esto asegura que el Corán rechaza definitivamente obligar a la gente a convertirse al Islam.
2- El Islam ha definido el método que los musulmanes deben seguir en la divulgación del Islam, que es la sabiduría y la buena exhortación. Dice el Corán en la sura 16, vers. 125: “Llama al camino de tu señor por medio de la sabiduría, la buena prédica y convenciéndoles de la mejor manera”. Dice también en la sura 2, vers. 83: “…hablad a la gente con la mejor manera”. A este respecto se citan en el Corán más de 120 versículos que llaman todos a la divulgación del Islam mediante el convencimiento, la sabiduría y el respeto de la libertad humana en aceptar o rechazar la religión. Después de conquistar la Meca y el definitivo triunfo, el Profeta ha liberado a todos los presos y no obligó a ninguno a creer en el Islam al decirles: Iros. Sois todos libres (1)
3- No se sabe en toda la historia del Islam que los musulmanes hayan obligado a nadie, sea cristiano o judío, a adoptar al Islam. Prueba de ello es la primera constitución puesta por el profeta Muhammad después de haber emigrado a Medina, en la que cita que los judíos componen una parte de la sociedad de Medina junto con los musulmanes, y que aquéllos tienen el derecho de quedarse fieles a su religión. También el segundo califa, ‘Umar B. al-Jattáb, al entrar en Jerusalén hizo un convenio de seguridad con los cristianos en el que consta que éstos, sus iglesias y su cruces están seguros y que no se debe obligar a ninguno de ellos a dejar su religión.
4- La orientalista alemana Sigrid Hunke en su libro Dios es diferente (2) rechaza la pretensión de que el Islam ha sido divulgado por la espada al aclarar que “La tolerancia de los árabes ha desempeñado un papel decisivo en la extensión del Islam, al contrario de la pretensión de que esta religión ha sido divulgada mediante el fuego y la espada, algo que se considera como una gran falacia contra esta religión”, y también que: “Los adeptos de otras religiones, como los cristianos, los judíos, los sabeos y los idólatras, insistían ellos mismos voluntariamente a convertirse al Islam”(3)
Se sabe de sobra que los ejércitos del Islam no llegaron a Asia del sur ni al oeste de África, lo que significa que esta religión se extendió en tales zonas por medio de los comerciantes y los sufies islámicos cuyo comportamiento y conducta han sido los factores principales para que los indígenas asiáticos y africanos se convirtieran voluntariamente al Islam.
(1) Véase al respecto: Muhammad al-Gazáli, Cien preguntas sobre el Islam. Dar Ta-bit, 1983, tomo 1, págs. 118. 120 v ss.
(2) Este libro ha sido traducido al árabe con el título Dios no es así y publicado por Dár al-Surúq.(
(3) Véase: Sigrid Hunke: Allah ist ganz anders, Horizont verlag, 1980, p. 421; y también nuestro libro: El Islam en el espejo del pensamiento occidental, op. cit. Pp.