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El Coran y el Universo
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.
Dios, Altísimo sea, dice en el Corán:
“Pronto les mostramos nuestros milagros en todas las regiones de la tierra, así como en sus propias personas, hasta que se les esclarezca que el Corán es la verdad. ¿Acaso no basta tu Señor que es testigo de todo?”. (XLI:53)
En buena parte del Corán, Dios nos habló acerca de las manifestaciones naturales y, por la importancia de éstas, Dios juró por el sol, por las estrellas, por las montañas, por el cielo, por los mares, por la luna, por la noche, por la tierra, por la mañana, etc… Esto, para nosotros como musulmanes, nos refleja la importancia de todos esos elementos esenciales para la vida terrenal. Y todo esto está muy claro y explicativo en el Corán, la primera fuente de la religión musulmana.
Las ciencias naturales descubren lo llamado “novedad”, pero para nosotros no es más que algo ya conocido pues está en el Corán hace más de catorce siglos.
Este artículo que hemos traducido, nos apoya y nos aclara la experiencia musulmana en cuanto a la creación del universo. Nos muestra en los últimos descubrimientos lo mismo dicho en el. Corán.
Conceptos Coránicos y Teorías Científicas
Shej Manzoor Alam
Maurice Becaille, en su trabajo catedrático “La Biblia, el Corán y la Ciencia” ha llamado nuestra atención hacia algunas de las sorprendentes revelaciones en el Corán sobre aspectos astronómicos que no podían ser propiamente comprendidos sino hasta comienzos de la ciencia moderna desde el siglo XVII en adelante. Como, por ejemplo, el impacto de la rotación y revolución de la Tierra, y la inclinación de su eje, en los cambios estaciónales, fluctuaciones en la duración de los días y las noches, y el cambio en la ubicación de la puesta y la salida del sol con las estaciones, pudieron ser científicamente explicados sólo a fines del siglo XIX. El movimiento orbital de los cuerpos celestes tales como el sol y las estrellas, vino a ser establecido científicamente a principios del siglo XX. El origen del universo, su expansión y eventual término están siendo explicados científicamente, ahora por el Modelo de la Gran Explosión (Big Bang). Estos modernos conceptos científicos están claramente visualizados en el Corán, en el siglo VII, cuando las facilidades para observar no existían, los principales matemáticos no habían sido descubiertos, y las partículas elementales (quarks) y las fuerzas fundamentales (gravitacional, electromagnéticas, molecular débil y nuclear fuerte), no habían sido identificadas. Por lo tanto, recalco la validez de las revelaciones coránicas referentes a la creación del universo y algunos extraordinarios fenómenos astronómicos, a la luz de los descubrimientos científicos modernos. Dichas revelaciones atestiguan, elocuentemente, sólo la verdad y nada más que la verdad:
“Hemos revelado el Corán en Verdad y en Verdad descendió″… (XVII: 105)
Especulaciones sobre el origen del universo datan el advenimiento de la civilización humana. Los Vedas, las antiguas escrituras hindúes, concebían el surgimiento de un núcleo cósmico Hirnayangarbha (o Huevo Dorado) desde el agua. Este Huevo Dorado “es considerado la fuente de la existencia de todas las entidades mundanas y celestiales porque contenía fuego (calor) dentro de sí mismo” (Ali, 1966. p. 187). En la antigua Grecia, los pensadores pre-socráticos como Thales, Anaximander y Annaximenes del siglo VI a.c., “desarrollaron la visión de que la formación del mundo ocurrió como una secuencia natural de eventos”.
La escuela pitagórica “recalcó el concepto de un cosmos ordenado gobernado por relaciones matemáticas” (Enciclopedia Británica 1974, vol. 18, p. 1007). Estas eran meras especulaciones sin acercamientos científicos.
El trabajo de Copérnico en 1543 impartió un carácter científico a especulaciones sobre el origen del universo y el sistema planetario. Rechazó el concepto geocéntrico de Ptolomeo, y asignó un papel clave al sol en el sistema planetario. Esto fue el ingreso a la era de especulaciones científicas sobre el universo y el sistema solar basadas en observaciones telescópicas y principios matemáticos iniciados por Galileo (sistema planetario heliocéntrico), y Newton (Leyes del Movimiento) respectivamente.
Desde entonces, distinguidos científicos y filósofos como Tyco Brahe, Emanuel Swedenborg, Emanual Kant, Heinrich Lambert, William Herschel, Einstein, Friedmann, Hoyle, Edwin Hubble, Carl Sagan, Stephen Hawking, y otros, han propuesto variadas teorías científicas basadas en observaciones astronómicas con sofisticados equipos y firmes principios matemáticos.
A pesar de estas intensas investigaciones científicas de más de tres siglos, con la ayuda de poderosos telescopios, vuelos espaciales, y de instrumentos altamente sensibles, los científicos aún sienten que su actual conocimiento del origen y la evolución del universo es muy limitado.
Sin embargo, incluso después de admitir esta gran ignorancia sobre el universo, algunos científicos aún se aventuran a sugerir que su complejo sistema es producto de una mera coincidencia. Se rehúsan a admitir las visiones religiosas, e incluso racionales, de que el universo ha sido creado por Dios con un gran propósito.
Referencias a la creación del universo pueden ser encontradas en los libros divinos de las tres religiones monoteístas, la Torah (judíos), la Biblia (cristianos) y el Corán (musulmanes). De estos libros divinos, solo serán citados los textos coránicos pues han permanecido inalterados desde que fueron revelados al Profeta Muhammad, hace mas de 1400 años. La manutención de la pureza del texto original del Corán y su protección de la corrupción han sido aseguradas por Dios: “Por cierto que revelamos el Mensaje y que somos sus custodios.” (XV-9).
Más aún, sólo el Corán ofrece cuentas científicas y sistemáticas sobre la creación del universo y el movimiento de los cuerpos celestes. Es, sin duda, destacable que los conceptos a este respecto revelados en el Corán a principios del siglo VII, estén siendo considerados válidos crecientemente con el progresivo avance de la ciencia y la sofisticación de las herramientas científicas y de las técnicas de investigación. Hay cerca de 700 versículos en el Corán que describen el fenómeno natural y cada uno de ellos conforme con las leyes naturales que están siendo descubiertas por los científicos.
Origen del Universo: Teorías Científicas
Especulaciones científicas sobre el origen del universo han culminado en el surgimiento de dos teorías principales, esto es, la Teoría del Estado Fijo y el Modelo de la Gran Explosión. La teoría del Estado Fijo, conceptualizada por Hernan Bondi, Thomas Gold y Fred Hoyle, asume que “el universo es de edad infinita y obedece a un tal postulado cosmológico perfecto de modo tal que aparece igual en todas las instancias del tiempo así como lugares en el espacio”. (Enc. Brit. Vol. 18 p. 1007).
Por ende, postula que el universo no está sujeto a procesos evolutivos. Sus propiedades Kinéticas, como las de otros modelos cósmicos, son “isótropas, homogéneas y expansivas” (Ibidem).
Según esta teoría, el pasado no puede diferenciarse del presente pues son los mismos ya que la apariencia de las galaxias no variará con la distancia. Esto, sin embargo, se contradice por observaciones astronómicas de radio que han determinado concluyentemente que el radio de ocurrencia de las galaxias es, evidentemente. Muy diferente a diversas distancias” (Ibídem).
En contraste con la teoría del Estado Fijo, el modelo de la Gran Explosión, también llamado “Teoría de juegos artificiales” (Canon Lemaitre) o la teoría del Modelo Evolutivo, asume el origen del universo en un marco de tiempo finito. En términos del efecto Doopler, “una extrapolación retrógrada de la expansión de la actualmente observada indica que hubo un momento en el pasado cuando toda la materia en el universo estaba altamente comprimida y extremadamente caliente. Este era el momento de la Gran Explosión, la que dio inicio al universo expansivo” (Enc. Brit. p.1016).
Según el descubrimiento de Huble (1929), “Las galaxias distantes aparentemente están deteniéndose a velocidad creciente con la distancia”. Esta recesión de las galaxias implica una expansión isotropita del universo Enc. Brit. Vol. 10 p.1007). La validez del Modelo de Gran Explosión del origen del universo ha sido fuertemente reforzado por el descubrimiento de la “radiación microondas de fondo 3K repartida por el universo, probada ser la radiación residual de la Gran Explosión” (Amo Penzias y Robert Wilson). La Gran Explosión o Modelo Evolutivo, también implica que, debido al proceso de contracción, “toda la materia eventualmente regresará a un punto central en una implosión que aniquilará todas las formas de materia -estrellas, galaxias, e incluso átomos individuales.- El resultado será otra “bomba cósmica” que explotará y comenzará todo el proceso nuevamente”. Esta aniquilación del cosmos presenta una sorprendente similitud con la descripción coránica del Día del Juicio Final. Sin embargo, algunos astrofísicos aseguran que la evidencia se opone a esta auto aniquilación del universo ya que la “densidad de la materia en las partes visibles luminosas de las galaxias tienen una falta del valor crítico por un factor cercano a 30” (Encyclopedia of Physics, 1981, p. 142). Por ende, basado en “teorías esotéricas” y “datos inciertos”, concluyen que el universo seguirá expandiéndose indefinidamente (Ibídem). Esto, sin embargo, pasará sólo “si el universo está real y completamente auto contenido, sin tener límite ni borde, no tendría principio ni fin, simplemente sería”. Más aún, los científicos han fracasado, hasta ahora, en ofrecer un modelo que pueda describir el universo en su totalidad. En caso de que intenten hacerlo, semejante modelo “seria demasiado complicado matemáticamente para que nosotros calculemos la predicción exacta”. (Hawking, p.144)
Aunque los científicos se sienten seguros de que “tienen la idea correcta al menos hasta segundo después de la Gran Explosión” (Ibídem p.124), están, sin embargo, preocupados sobre este crucial vacío de tiempo de menos de un segundo en su conocimiento. Para traspasarlo, deben mirar el principio que astrónomos y astrofísicos consideran no es posible. En sus propias palabras: “En un universo evolutivo, el astrónomo busca en el pasado mirando en la distancia. Pero mientras más lejos lo mire, menos precisa es la información que obtiene, y ciertamente no puede ver el principio mismo” (Enc. Brit. Vol. 18 p.1018).
Por lo tanto, los astrónomos nunca pueden explicar el origen del universo como un hecho observado y una realidad verificable ni siquiera un modelo matemático satisfactorio puede lograrse para explicar el complejo sistema del universo. Sin embargo, el reciente descubrimiento de un quasar (objeto quasi estelar, un fenómeno altamente luminoso), “cerca del borde del universo por ende cerca del comienzo del tiempo” (The Hindu, 27,12,89) puede arrojar nuevas luces sobre la evolución cósmica. Los astrónomos estiman que este quasar está a “billones de años luz de distancia… y que existió cuando el universo tenía el 7% de su edad actual”, (Lemonick, p.58). Están encontrando problemático explicar su formación “tan temprano, incluso bajo la de materia oscura fría” (Ibídem).
Este descubrimiento y el de la burbuja cósmica que sugieren disparejas microondas (Huchra Geller) pueden alterar las actuales teorías que tratan con el origen del universo.
El sistema solar o planetario también ha atraído la atención de los astrofísicos y astrónomos. También han elaborado teorías sobre su origen. Las teorías importantes entre ellas son: la Hipótesis Nebular, la Teoría de la Marea, la Teoría Planetesimal, la Teoría de la Estrella Binaria, la Teoría Electromagnética y la Teoría Cefeídea.
La Hipótesis Nebular de Laplace supone que el sistema solar nace de una nube de gases rotantes. Con su gradual enfriamiento durante un período de tiempo, la nube gradualmente se contraería llevando a un incremento en su velocidad de rotación. Consecuente, la fuerza centrífuga excedería a la centrípeta, resultando en el lanzamiento de materias gaseosas desde la capa exterior de la nube. La materia lanzada comenzaría a rotar “en el plano ecuatorial de la nube, en la misma dirección que la rotación nebular” (Smart, 1959, Pelican, p. 187). Esta suposición en la Hipótesis Nebular no está respaldada por el desproporcionadamente mayor momentun angular en el sol, el que constituye el balance de la nebulosa original de Laplace. En la Teoría de Mareas de Jeans y Jeffrey, la formación del sistema planetario se atribuye a la interacción del sol con estrellas que pasan cerca de éste y que causaron masivas gaseosas conducentes a la formación de un inestable filamento gaseoso que se quebró en muchos fragmentos y existe en forma de planetas. Esta teoría tiene inmensas dificultades para explicar el momentum angular de los planetas y las enormes distancias a los que fueron arrojados debido al efecto de marea.
La Teoría de la Estrella Binaria, en grandes rasgos, responde objeciones surgidas respecto al momentum angular, pero también fracasa en su intento por explicar las enormes distancias de los planetas del sol y cómo la “estrella compañera” del sistema binario desapareció. La Teoría Planetesimal de Chamberlain-Moulten, y la Teoría Cefeídea de Banerji, son variaciones de la Teoría de mareas t por ende igualmente inadecuadas. La Teoría Electromagnética del Dr. Hannes Alfocus sobre el nacimiento del sistema solar es innovadora pero insatisfactoria, pues el autor no explica “como el sol en una nube de Átomos ionizados” (Smart, 1959, Pelican, p.203). Las faltas de estas teorías son obvias pues ninguna explica toda la verdad coherentemente. Aquí, nuevamente, los científicos reconocen que “Nunca conoceremos sin posibles dudas cómo el sistema planetario surgió”. (Ibid.,p. 180).
Versículos Coránicos sobre la Creación del Universo
Las teorías científicas anteriormente nombradas sobre el origen del universo y del sistema planetario son, en lo mejor, especulaciones. Lo común en todas estas teorías es que el universo y su sistema planetario tienen en patrón de comportamiento definido el que es gobernado por ciertos principios. El universo y el sistema planetario están sujetos a ciertas leyes, lo que está categóricamente referido en el Corán. En los siguientes párrafos nos proponemos citar los versículos coránicos relevantes relativos al origen del universo y al movimiento de los cuerpos celestes, los que no son sólo categóricos, sino que también anticipan algunos de los descubrimientos científicos hechos siglos después.
En el capitulo “La vaca”, se dice:
“Él es el originador de los cielos y de la tierra, y cuando decreta algo le basta con decir “¡Sea! “, y es”. (II: 117)
El Corán es muy claro en que todo el universo ha evolucionado a partir de un núcleo gaseoso. En el capítulo Al-Anbia’, se establece claramente que:
“Los Cielos y la Tierra eran una sola masa que disgregamos”. (XX1:30) “Luego se dirigió hacia el cielo, cuando aún era humo”. (XLI: 11)
A la luz de estos versículos, está claramente implícito que el universo fue creado a partir de un solo núcleo gaseoso. Los versículos coránicos también implican uña dimensión definida del tiempo en la separación de los cielos y la tierra. De las teorías relativas a la creación del universo, el Modelo de la Gran Explosión es la que más se acerca al concepto coránico. La teoría tiene una escala de tiempo definida. El núcleo origina, según esta teoría, era una “bola de fuego primordial” la que pasó por una cataclísmica -Gran Explosión- en el tiempo cósmico cero “T”. Es interesante observar que el Corán habla de la “separación en dos” de los cielos y la tierra de un solo núcleo. La teoría apunta a una separación, después del tiempo T3, de la energía de radiación y la materia, conducente a una precipitosa declinación en la temperatura de la materia vis a vis con la temperatura de la radiación. Presumiblemente, este fenómeno de separación puede ser implicado en el Corán cuando se habla de “separación en dos” del cielo y la tierra. La descripción coránica de la creación del universo comienza desde la fase separación en su evolución. El Corán habla de la eventual aniquilación del universo que también está claramente implicada en el Modelo de la Gran Explosión, como se explica anteriormente. Sin embargo, ninguna teoría del origen del universo puede hablar con la misma autoridad que el Corán, pues el hombre no puede visualizar correctamente el inicio ya que sus observaciones telescópicas y formulaciones matemáticas fracasan en entregar la clave, y los científicos lo admiten.
(**) Traducido de la revista: Da’wah Highlights, publicada por la Academia Da’wah, de la Universidad Islámica Internacional de Islamabad (Pakistán), N° 18, Noviembre-Diciembre de 1990.